Una tragicomedia entretenida a la vez que comprometida. Una apuesta física e impactante con luchas, canciones, danza, títeres, sombras chinas y manipulación corporal.
Ambientada en una China no muy remota y con un juego escénico muy cerca del funambulismo, sus ocho actores entran y salen de los diferentes personajes a un ritmo vertiginoso.
Un espectáculo que habla de la dificultad de hacer el bien y donde la ética juega el papel más importante.